El consumo controlado es una meta a menudo deseada por una persona con una adicción. Estamos hablando, pero, de drogas con elevado potencial adictivo, y una vez se han tomado en exceso queda una «huella» en el cerebro (los llamados circuitos de recompensa) que se reactiva en cada nuevo consumo. Por eso mismo, no es recomendable consumir ni una dosis pequeña, ya que es muy probable que termine en recaída.
Nadie elige tener una adicción. Es el producto del funcionamiento de nuestro cerebro, de áreas muy específicas que están afectadas por el uso crónico de las drogas. Las drogas producen cambios físicos y químicos en el cerebro.
Los factores sociales ponen en contacto las personas con las drogas o sustancias, pero son factores individuales los determinantes de la vulnerabilidad a la adicción. Solo una parte de las personas expuestas a sustancias tendrán una adicción: los antecedentes familiares adictivos (carga genética) y la presencia de otras enfermedades psíquicas son dos de los factores de vulnerabilidad más conocidos.
En principio, no. Una persona que tiene una adicción, si queda abstinente y hace el tratamiento de forma correcta, su enfermedad se mantendrá estable. Por lo tanto, puede llevar a cabo cualquier tipo de profesión. De todos modos, algunas profesiones no serían las más adecuadas, sobre todo aquellas que impliquen grandes estresores, estar expuesto de manera constante a situaciones de riesgo o con una gran irregularidad horaria (ej.: ocio nocturno).
Las bebidas estimulantes que contienen cafeína, como el mismo café, los refrescos de cola y las bebidas energéticas pueden provocar ansiedad y afectar la calidad y la cantidad de horas de sueño. Por lo tanto, aunque se puede beber café hay que vigilar la dosis. No se debería exceder de un par de bebidas con cafeína al día, teniendo en cuenta que su efecto dura 8h y, por tanto, no se debería tomar a partir de las 4 de la tarde.
Es importante seguir correctamente la pauta de medicación indicada por el psiquiatra, ya que estamos hablando de un trastorno crónico. A veces, aunque uno se «encuentre bien», hay que seguir con cuidado ya que es un trastorno con muchas fluctuaciones y este pensamiento nos puede hacer actuar temerariamente. Además, estamos hablando de medicamentos que tienen efectos sobre el cerebro, por lo tanto, si se dejan de golpe pueden tener efectos de rebote no deseados. Siempre que se tengan dudas respecto la medicación, lo más indicado es comentarlo con el equipo médico de referencia para valorar la mejor alternativa.
Las situaciones, personas y lugares que se asocian con los consumos previos son las más peligrosas, ya que el cerebro recuerda que allí es donde se solía consumir y pueden aparecer las ganas de consumir o «craving». Por ejemplo, para una persona con una adicción al alcohol ir al bar donde solía beber o ir con el grupo de amigos con los que consumía pueden ser situaciones de alto riesgo de recaída. De hecho, los estudios muestran que es más eficaz evitar las situaciones de riesgo que no hacer un gran esfuerzo y enfrentarse con mucha voluntad a estas situaciones.
La probabilidad de morir por suicidio en personas con adicciones es bastante mayor que en la población normal. Es importante entender que las ideas de suicidio pueden aparecer en algunas fases del trastorno, sobre todo en fases de recaídas donde la persona suele encontrarse mal y con pocas esperanzas de salir adelante. Cuando una persona o sus familiares detectan estos pensamientos es importante alertar al equipo sanitario de referencia para que valore las medidas necesarias. Hay que recordar que, por mucho malestar y desesperación que sienta una persona en un determinado momento, y muy especialmente en las recaídas, siempre es temporal y tarde o temprano mitigará. En cambio, las consecuencias del suicidio son irreversibles
La adicción es un trastorno crónico y recurrente. Por este motivo, el tratamiento es largo y es muy importante hacer un seguimiento prolongado. Sin embargo, se ha de atender a circunstancias individuales. Por regla general, sin embargo, hay que pensar que el tratamiento será temporal, aunque en algunas ocasiones puede ser mejor hacerlo indefinidamente.
Sin embargo, no es recomendable fijarse como meta no tomar medicación; el principal objetivo debe ser la salud y la prevención de recaídas, independientemente de si para ello es necesario medicarse.
Es una medicación indicada para el tratamiento de la dependencia al alcohol, como una parte de un programa de deshabituación. La persona debe estar motivada, por lo que el tratamiento se realiza con la cooperación voluntaria del paciente. Es importante tener apoyo social y familiar que predisponga a la interrupción del consumo de alcohol. El Antabus provoca una reacción que aparece después de la ingesta de alcohol que consiste en una serie de efectos físicos desagradables. El Antabus aumenta el control para no beber de manera impulsiva.
Siempre será conveniente contar con la ayuda de los profesionales sanitarios. La desintoxicación se realiza con cobertura farmacológica (para prevenir el síndrome de abstinencia), aunque en algunos casos basta con un aislamiento del tóxico y esperar su completa eliminación sin requerir tratamiento farmacológico.
Lo primero que deberían hacer los familiares es precisamente informarse sobre la enfermedad. Se debe adoptar una actitud sincera y responsable con el paciente a través de una conversación abierta. El equipo sanitario, aunque puede informar sobre conceptos generales relacionados con la adicción, no comentará aspectos individuales de la enfermedad con los familiares excepto si ha sido directamente autorizado.
Tanto los amigos como la familia pueden jugar un papel fundamental en la motivación de las personas con problemas de drogas para entrar y permanecer en programas de tratamiento. La participación de miembros de la familia o pareja en el tratamiento de una persona puede reforzar y ampliar sus beneficios.
En la convivencia en el domicilio, habría que evitar la sobreprotección y la hipervigilancia, como tampoco son recomendables posturas excesivamente críticas. Sería importante demostrar interés sincero y apoyo en el proceso. Una buena comunicación en casa puede facilitar, en los diferentes momentos del trastorno, que la persona pueda pedir ayuda a la familia y esta apoyarlo.
¿Problemas con las Adicciones?
Las adicciones son un trastorno mental crónico y recidivante, es decir, que alternan periodos de consumo más descontrolado con períodos de abstinencia en los que se abandona el consumo.
Si te pasa esto a ti o a alguien que conoces puedes acudir a AsVidal, estaremos encatand@s de escucharte.