- Necesidad imperiosa de consumir, de auto administrarse la sustancia (o sustancias varias) de la que se ha desarrollado la adicción. Se utiliza la palabra «craving» para hablar del deseo persistente.
- Dificultad en el control del consumo. Conduce al consumo excesivo y, a la vez, produce consecuencias negativas familiares, laborales, sociales, en la salud física y mental. La persona continúa tomando la sustancia a pesar de tener conciencia de estos problemas que son recurrentes o persistentes. Se intenta, pero no se consigue reducir o controlar el uso de la sustancia.
- Efecto rebote. La persona que utiliza una determinada sustancia para tranquilizarse suele sentirse más nerviosa que antes de tomarla cuando termina su efecto, por lo que necesita volver a consumir.
- Tolerancia. Aparece cuando se utiliza de forma progresiva más cantidad de la sustancia para conseguir un efecto. El efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo continuado.
- Síndrome de abstinencia. El cerebro acostumbra a funcionar con una sustancia por lo que necesita a menudo una nueva dosis para obtener un efecto concreto o evitar síntomas desagradables como la angustia, el estrés o el desánimo. Aparece cuando se deja de consumir la sustancia y los síntomas se pueden aliviar cuando se toma más sustancia.
- Alteración de la conducta porque está bajo los efectos de la sustancia o porque la echa de menos. En función del tipo de droga, pueden aparecer todo tipo de alteraciones conductuales: agresividad, conductas violentas, marcada apatía, alucinaciones, delirios, etc.
- Intoxicación. Se produce por un consumo excesivo de la sustancia y causa una disminución del rendimiento psicológico y conductual. La intoxicación aguda puede derivar en un coma y llegar a provocar la muerte. La intoxicación crónica, que se debe a un consumo regular y excesivo durante un período prolongado en el tiempo, puede provocar, entre otros, trastornos digestivos, neurológicos y cardiovasculares.
- Cambios a nivel cerebral. La persona cambia la manera de pensar, las opiniones, actitudes y motivaciones que pasan a ser cada vez más favorables hacia el consumo. Muchas de las personas que han desarrollado una adicción piensan que pueden controlar el consumo de la sustancia y que, por tanto, no desarrollarán la adicción. Autoengaño. No ven los riesgos y problemas que conlleva la adicción, solo lo que es gratificante.
- Cambio de prioridades. Se dejan de hacer actividades importantes y placenteras para obtener la sustancia como pueden ser actividades de ocio. Gran parte del tiempo se dedica a la obtención o consumo de la sustancia. La sustancia encabeza su escala de valores por encima de la salud, la familia, el trabajo o el dinero.
- Recaída. Resulta muy difícil no consumir en determinadas situaciones y un primer consumo suele llevar una recaída. Puede darse en una persona que llevaba meses sin consumir y el descontrol puede ser mayor que antes.
¿Problemas con las Adicciones?
Las adicciones son un trastorno mental crónico y recidivante, es decir, que alternan periodos de consumo más descontrolado con períodos de abstinencia en los que se abandona el consumo.
Si te pasa esto a ti o a alguien que conoces puedes acudir a AsVidal, estaremos encatand@s de escucharte.